Pasada ya buena parte de la temporada estival, mañana a las diez de la noche retorna el entretenimiento por excelencia en nuestro país. Y además a lo grande, con dos clásicos en cuatro días. Ahhhhhhhhh, ya lo estoy viendo... Es inefable el placer de tumbarse en el sofá con la cervecita bien fría y ver a esos multimillonarios dar coces a una pelota como si se les fuera la vida en ello. Supongo que para mucha gente que no lo ha practicado nunca (el deporte, no tumbarse en el sofá) es difícil de entender, pero son momentos irrepetibles y que, por fin, volvemos a disfrutar.
Hablando de lo estrictamente deportivo, la lectura del partido es clara: aún con la pretemporada que han llevado a cabo los dos equipos, el Barcelona sigue siendo claro favorito. Madridista hasta la médula que soy, seré y en tal condición moriré, he de decir que no gusta admitirlo, pero es cierto. No nos podemos dejar engañar por los partidos de pretemporada, ya que los catalanes son la bestia dormida. No hemos de olvidar quiénes saltarán al campo mañana y lo que llevan consiguiendo en los últimos años. Merengues, amigos míos, a Iniesta, Villa and company no se les olvida lo del fútbol ni cogiéndose un año entero de vacaciones. Ésta gente juega de memoria, y en cuanto pisen el césped serán los mismos que hipnotizan hasta al apuntador con su juego de toque, retoque y requetequetoque.
Por otro lado aquellos que tenemos alma blanca immaculada (como dijo aquel) tenemos razones para soñar, para creer que ésta vez sí, para pensar que ésta es la temporada en la que haremos que se desmorone esa torre de títulos y buen juego blaugrana que en teoría ha construído el "pelao" del traje. La pretemporada madridista invita a soñar, el bloque es el del año pasado, pero ésta vez parece que Benzema se va pareciendo más a lo que se espera de él. Cuando le vemos correr, moverse, controlar... es inevitable no acordarse de aquel gordito que tantas alegrías dio tanto a culés como a madridistas. Además tenemos dos jugadores de primer nivel por puesto y, de la misma manera que el año pasado Di María y Özil fueron un gran acierto, éste año creo que el omnipotente Mourinho ha dado en el clavo con Coentrao.
Bueno, pues el espectáculo está servido, no diré “que gane el mejor” porque sería mentir y eso queda feo. Deseo de corazón que mi equipo levante esta copa, ya no por el título en sí, sino como chute de autoestima de cara a la temporada 2011-2012 que está a la vuelta de la esquina, y siempre con el permiso de la huelga.
Lo dicho, a disfrutar todos, que al fin y al cabo es el objetivo final del balompié.
